Para los fanáticos del automovilismo, será una temporada que quedará para el recuerdo, y sin dudas, tendrá un espacio destacado en la historia del deporte, digna de ser rememorada una y miles de veces.

La definición no defraudó y estuvo a la altura de la talla de sus protagonistas y los sucesos previos que condujeron a este desenlace. Max Verstappen y Lewis Hamilton, Lewis Hamilton y Max Verstappen mano a mano en el capítulo final, sin diferencias en puntos, cada uno con su estrategia y con las cartas sobre la mesa desde la primera fila de la parrilla de salida del Gran Premio de Abu Dhabi. Y un final inimaginado, sorpresivo, impactante.

Verstappen partió primero tras obtener la pole position el sábado. Pero Hamilton arrancó mejor, igualó su marcha y lo superó al llegar al primer viraje. Max devolvió el ataque algunas curvas más adelante, pero provocó el contacto entre ambos y Lewis cortó camino al regresar a pista. La dirección de carrera advirtió al holandés y éste devolvió la posición.

Enseguida, el siete veces campeón comenzó a construir una diferencia sobre su rival, que no podía seguirle el paso y debió pasar por boxes para cambiar neumáticos blandos por duros. Siguiendo sus movimientos al detalle, en consecuencia el inglés también se detuvo.

Para entonces, Sergio Pérez había tomado la punta; Hamilton regresó a pista segundo y Verstappen lo hizo en el quinto lugar. A partir de allí, comenzó una muy emotiva lucha entre Checo y Lewis: el mexicano concentró todo su esfuerzo en defender el liderazgo, intercambiando varias veces el 1 con su escolta, y así le dio una gran ayuda a su compañero de equipo, que pudo recortar diferencias y acercarse a ellos.

Finalmente, Hamilton pudo consolidarse adelante y Pérez se fue a boxes. Una vez más, la pelea volvía a centrarse en los máximos rivales, ahora a menos de cinco segundos de distancia entre sí.

Sin embargo, el ritmo arrollador del Mercedes hizo una enorme diferencia sobre el Red Bull, y pasada la mitad de la competencia el asunto parecía querer perfilarse para la octava conquista de Sir Lewis.

La detención de Antonio Giovinazzi obligó a la aparición del Safety Car virtual, oportunidad de oro que exprimió Verstappen para cambiar neumáticos nuevamente y reducir al mínimo la distancia que lo separaba de Hamilton, que siguió en carrera.

A fondo y ya con 40 vueltas completadas, Max comenzó a marcar récords y buscaba afanosamente acercarse, pero el puntero parecía no inmutarse y respondía también de la misma manera, por lo que nuevamente se amplió la brecha entre ambos.

Nada hacía prever el impactante final que se avecinaba. En la vuelta 54 Nicholas Latifi terminó contra el muro y otra vez intervino el Auto de Seguridad. Red Bull se jugó su última carta con un último cambio de neumáticos y apostó al compuesto blando para explotar el auto hasta el metro final.

La carrera se reanudó en el último giro, y el uso del DRS con gomas blandas permitió a Verstappen superar a Hamilton, para luego defenderse con uñas y dientes en el último tramo. Hamilton intentó por todos los medios recuperarse, pero no lo logró.

Con todo este dramatismo, Red Bull y Max Verstappen lograron cortar con la hegemonía de Mercedes y Lewis Hamilton, y el piloto holandés se consagró por primera vez campeón del mundo a sus 24 años.

Carlos Sainz (h) completó el podio tras la deserción de Checo Pérez, que prefirió retirarse antes de llegar a la rotura de su motor. Yuki Tsunoda llegó cuarto en su mejor resultado desde su debut en F1, y más atrás se ubicaron Pierre Gasly, Valtteri Bottas, Lando Norris, Fernando Alonso, Esteban Ocon y Charles Leclerc.

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Director, Editor y Fotografo de Bandera a Cuadros.

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