Lucas Moraes también ha conseguido superar el reto de las dunas y los cañones y suma su primera victoria en el Dakar.
El Dakar, que sigue explorando el corazón de Arabia Saudita, se dirige hoy a pasos de gigante, por no decir de un salto de más de 600 kilómetros, hacia el desierto del Empty Quarter. Sin embargo, antes de sumergirse de lleno en la arena, los pilotos han tenido que enfrentarse a una gran variedad de terrenos, a menudo también propicios para cometer errores de navegación.
El horizonte de la victoria en la general está igual de lejano en la categoría de coches, donde los beneficiados ayer han obtenido hoy resultados muy dispares. Nasser Al Attiyah conducía como un as, hasta que una serie de pinchazos le cortaron las alas, por lo que ha tenido que avanzar en los últimos treinta kilómetros con una llanta desprovista de su neumático en la parte trasera izquierda de su Hunter. El castigo ha sido aún mayor para Sébastien Loeb, que pierde 23 minutos en las punzantes rocas. En esta competición tanta de velocidad como de habilidad, Lucas Moraes ha sabido ser el más delicado con sus neumáticos, para hacerse con su primera etapa en el Dakar (ver La actuación del día). Está al acecho, al pie de un podio dominado por primera vez por Yazeed Al Rajhi, seguido de Carlos Sainz a 29 segundos y Mattias Ekström a 8’26». En el desafío de Al Salamiya, dos deslumbrantes outsiders han conseguido colarse entre los mejores: Romain Dumas (5º) y Mathieu Serradori (7º).