En una etapa marcada por los problemas mecánicos, el líder de la general se alegra de haber logrado contener los daños: solo cede 7 minutos a Sébastien Loeb, su principal rival.
«Durante 350 kilómetros hemos estado solo con tracción a dos ruedas, delantera, y la verdad que he pasado mucho miedo. He intentado atacar durante los últimos 50 kilómetros, cuando ya no había dunas, y me ha tranquilizado mucho saber que solo hemos perdido siete minutos. Me siento feliz por haber terminado la etapa. Pero ojo, el Dakar aún no ha acabado, no hay que perderle el respeto.»